(Condicional de mirada fría)
Ella no se dejaba.
Él ya no quería.
Él, sin pensarlo, lo sabía.
Ella, sin saberlo, lo intuía.
Ella, jugándose un farol, seducía.
Él, siguiéndole el juego, asentía.
Él, a cambio de un beso, su alma vendería.
Ella, a cambio de un gesto, un beso le robaría.
Él se dejaría,
de tal manera que robado no sería.
Ella sonreiría,
y, porque se lo devolviera, su corazón le regalaría.
Él no mentiría, la querría,
si la oportunidad tuviera a ella tendría,
nada más querría, se conocía,
pero no sólo de él dependía.
Y ella... Ella esperaría,
pues desearía que esta tontería,
a pesar de su rebeldía,
se hiciera realidad y ocurriera de verdad algún día.