Dicen que no hay quinto malo, y no puedo estar más de acuerdo.
Jamás pensé que fuera a ser capaz de aguantar tanto tiempo haciendo el blog, pero aquí sigo.
El principal motivo de que siga haciéndolo eres Tú. Sí, Tú, apreciado lector. Si no fuera por ti y otros que, como Tú, se dejan caer por aquí, las palabras seguirían encerradas en mi cuaderno o mi cabeza. Es por esta razón que no me queda más que darte las gracias (a ti en particular y a todos en general), ya que sin ti no sería lo mismo.
GRACIAS, de todo corazón (en coma, sí, pero corazón al fin y al cabo).
Sin cada una de las gotas,
el mar sería un desierto.
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