miércoles, 11 de mayo de 2011

...Nunca hizo falta un motivo...



[...]
-No lo entiendo, ¿a qué se debe?
-No lo sé.
-No puedes no saberlo. Creo que no quieres decírmelo, que es muy distinto.
-¿Por qué no iba a querer?
-Tu sabrás.
-Piénsalo, ¿que interés podría tener yo en ocultarte los motivos de mis sentimientos?
-Es que no me lo explico, ¿cómo no puedes saberlos?
-¿Tú crees que alguien los conoce?
-Supongo... entonces, ¿tú no sabes el por qué?
-Ni la más remota idea.
-No es lógico que no sepas por qué estás enamorado de mí.
-No lo es. El amor es algo irracional. Tratar de comprenderlo me supera, me limito a quererte.
-¿Y eso te parece suficiente?
-No, pero es lo que hay. Menos es nada, o eso dicen.
-Pues menuda mierda.
-En eso estamos de acuerdo.

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