Ayúdame en esta fría noche a navegar por tus sábanas.
Hagamos que la marea suba y caliente el agua.
Permíteme liberar tus labios encarcelados, rescatar tu lengua presa,
y rómpeme un estallido de pasión al oído.
Aparca la cordura en el punto más lejano y
amárrame con los cabos de la lujuria.
Apaga la luz, que quiero ser invisible.
Comanda ese bote salvavidas que es tu cuerpo,
clama tu grito de guerra y guíalo con los remos de la lascivia.
Enviaré mis manos de avanzadilla, capitaneados por mis labios,
en un viaje sin retorno, para conquistar tus bragas.
Déjame cruzar la frontera de tu piel y ayúdame a hacer nuestro este oleaje intenso.
Rompe las incesantes olas con tus salvajes caderas,
en un sinfín de estocadas punzantes, que hacen gozar sin agonía.
Naufraga conmigo por este mar de sudor salado.
Combáteme, no te rindas, ríndeme, ríndete,
hazme suspirar de alivio, llévame a lo más profundo de estas aguas
y no me dejes escapar jamás...
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