El amor, si es cosa de un día,
no es amor, es otra cosa.
Y no hay mentira más odiosa
que los engaños que salpican.
Fingen sobre pasiones que suplican,
de vuelcos al corazón, de estómagos y mariposas.
No lo confundas con el deseo,
las apariencias o el consumismo.
Pues la realidad es un abismo
del que, si estuvieras enamorado, saltarías.
Morirías por unas manos frías
y ganarías un corazón caliente.
Es fácil, en un día, parecer valiente,
el mérito es serlo de por vida.
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