Cruzan fugaces sentimientos perennes,
huyendo del corazón, para conquistar a la cabeza.
Terca es la razón que alimenta la sesera.
Pero, cómo será, si le hace dudar, pese a todo.
Sobre esa línea
en la que es difícil distinguir
el bien del mal,
salvo con los ojos cerrados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario