Mirarte a los ojos fijamente,
desde el final de tu larga falda,
mientras te mordisqueo los tobillos.
Que me apartes la mirada de reojo,
cuando mi lengua recorra tus gemelos
hasta perderse en el interior de tus muslos.
Que tus manos busquen mi pelo,
tus dedos aprieten mi deseo creciente,
cuando la paciencia muera en mi boca.
Devorarte los suspiros sin compasión,
que tu ternura se mezcle con mi saliva
y firmemos la capitulación a espasmos.
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