Lo primero que aprendí del amor
es que no te ata los cordones de los zapatos
cuando ya te has caído.
Lo segundo
es que es un cabrón engreído
que no respeta a nadie.
Si no pasar por él,
pasa a través de ti y te atraviesa.
Poco le importa.
¿Dónde está el bastardo de Cupido?
Juro que no me saco la flecha
porque me desangro aquí mismo.
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