El rubor inevitable
del trallazo latente
a la causa palpable
de la fricción reciente.
El lado amable
de un susurro impaciente,
con fama intachable
de fantasía decente.
Un sueño veraniego
tras una puerta cerrada.
Un arrebato sin sosiego.
La pasión de una balada.
Sólo es un juego,
engañar al drama.
Fusta de fuego.
Látigo de dama.
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