¿Qué le hacemos...
si tu mirada de gata me prendió en 2009,
si a día de hoy aún me remueve,
si me sigue poniendo el corazón de corbata?
Me bebo la vida mientras sigo huyendo de mí.
Pero, ¿qué le hacemos?
Vivo con miedo a frotar una lámpara
y que aparezcas tú tras la cortina de humo.
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