¿Cuánta es demasiada poesía?
¿Cuánto suficiente desvelo?
El primer paso es reconocerlo.
El segundo, olvidar que dolía.
Engancha hasta el final, la utopía.
Te atrapa, aún con recelo.
Si te arrepientes, queda un anhelo
y un triste final, que se intuía.
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