¿A qué teme tu prosa,
a los besos o a convertirse en verso?
¿A qué teme tu prosa,
a una muerte dulce o a arder viviendo?
¿A qué teme tu prosa,
a la tentación sigilosa o a sus posibles consecuencias?
¿A qué teme tu prosa,
a los tal vez disimulados o a los quizá a voz en grito?
¿A qué teme tu prosa,
a las espinas que se esconden o a las rosas descubiertas?
¿A qué teme tu prosa,
al delirio de mis aullidos o a mis suspiros en silencio?
¿A qué teme mi verso?
A tu prosa y a la poesía que ella libera,
a tu mirada, que me tiene preso,
y a la sonrisa que mi pulso acelera.
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