Gímeme un te quiero
mientras niegas con la cabeza.
Déjame entrar en tu fortaleza,
pero que sea sin peros.
Regálame un beso sincero,
aunque sea sin delicadeza,
con dudas y sin certeza,
pero que sea duradero.
Todos buscan la clave,
pensando que es abracadabra.
Que no es tan fácil, se sabe
y desconozco cuál es la palabra.
Mas para todo cerrojo hay llave,
aunque de reojo se abra.
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