Necesito la dama
de la baraja perdida.
Es el peldaño de la escalera
que me falta.
Quiero en tu cama,
para empatar la partida,
una noche imperecedera,
como medida exacta.
Que prenda la llama,
sobre la vela derretida,
y que sea primavera.
El deseo que me asalta.
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