Sé que, lo que escribo, a veces es difícil de entender.
Yo mismo llego a comprender
que se tropiezan las palabras, una tras otra,
que se agolpan, descaradas y traviesas.
Pasa si te trastabillas, cuando te confiesas,
que requiere paciencia y algo de potra.
Prueba de nuevo a leer,
después de unos vinos, al anochecer.
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