Es un acierto frenar antes de saltar;
pausar la carrera al borde de la condena.
¿Hace falta quitarse las cadenas?
Cerrar los ojos, un paso más y no pensar.
Notar al poco la profundidad;
penetrar en la herida mientras truena.
Esperar el rescate es una faena,
mientras el salvavidas zozobra en la oscuridad.
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