jueves, 24 de enero de 2013

...Senderos consumados...



Andar, caminar, marchar, transitar...
una cosa común que, a diario, solemos hacer.
Nadie consigue escaparse de escapar,
ni siquiera al echar a correr.
Unas veces fijando el destino, sin deambular,
otras, en cambio, dejándonos llevar por los pies.

Los pies no piensan, los pies actúan,
y como actores de esta obra, que es la vida,
cuando interpretan nos ayudan,
sea la vuestra, sea la suya o sea la mía.

¿Dónde te llevan tus pasos, caminante desatado?
¿A dónde conducen tus pisadas, caminante racional?
Vayan donde vayan, dejan atrás el pasado,
sin detenerse, hasta llegar al final.

Un final estrepitoso o quizá uno tranquilo,
pero una conclusión al fin y al cabo.
Y, si no es este camino para lo que hemos nacido,
que se baje el telón, pues la obra ya habrá terminado.

Que el público aplauda, bien agradecido,
que yo haré lo mismo, aunque con poco entusiasmo,
pues no hacerlo sería de malnacido,
y hacerlo con sorna destaparía el sarcasmo.

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