Rétame a bailar con tus carcajadas
y contágiame del ritmo de tu chispa.
Sucumbe al compás de mi lascivia;
los aleteos de mariposas, en tus bragas mojadas.
Dame un par de caladas,
de tu pasión sin aristas.
Sigue con cautela las pistas
y no te detengas hasta la llegada.
Confieso mi parte de culpa en la distancia acobardada.
Aunque, de tus sombras muero de envidia,
las cosquillas de tu voz me alivian
y mantienen mi condena aislada.
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