Atrapado en un mundo de niños
como el Capitán Garfio.
Peleando con olas mortíferas,
esquivando al cocodrilo y su tic-tac.
Combatiendo indios que arrancan cabelleras
y niños voladores sedientos de sangre,
con la única ayuda de la mano diestra que empuña la espada
y el garfio, señal de condena eterna.
La vida pirata,
la vida mejor.
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