De valientes está el campo de batalla lleno;
de cabezas locas presas del desenfreno.
Los fantasmas de la osadía resoplan valor
sobre el viento del miedo atronador.
Los cobardes, penitentes, le echan coraje al dolor,
vuelan cuando toca enfrentar su temor.
Corazón suicida, capaz de saltar de un noveno.
Mente oponente, incapaz de tomar el veneno.
Quien calla cuando otorga,
otorga cuando calla.
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