Poesía son
los restos de vino
en el culo del vaso,
mezclados con restos de carmín.
Escribir poesía es
explicarle a un ciego,
una mañana de invierno,
cuanto calienta el sol.
Leer poesía es
haberse bebido el vino,
al sol del frío invierno,
hasta equilibrar la ceguera.
Vomitar poesía es.
Es y punto.
O hes, con hache,
como a ti te dé la gana.