Suspiro
de tu boca a tu ombligo
Aspiro
de tu ombligo a tus pies
Respiro
mientras planeo el placer
Expío
y te empiezo a comer
Suspiro
de tu boca a tu ombligo
Aspiro
de tu ombligo a tus pies
Respiro
mientras planeo el placer
Expío
y te empiezo a comer
¿Qué es la vida,
sino un continuo joderse,
salpicado por momentos
que edulcoran el camino?
Momentos que son engaños,
pero que no cambiamos
porque compensan, incluso a ciegas,
todos los males y daños.
Fíngeme un jardín
a los pies de tu cama
y deja que me quede a vivir,
como se queda quien ama.
Ocúltame en la almohada,
donde se esconden los deseos,
los sueños y las venganzas
y déjame ser cómplice.
Engáñame cuando me arañes,
revolviéndome entre tus sábanas,
testigo de todo placer nocturno
y secreto del amanecer.
Mi reino
por media docena de tus carcajadas,
envueltas en descaros y destellos,
de los que parten del brillo de tus ojos.
El amor
a contrarreloj,
gota a gota,
con cuenta atrás,
contra las cuerdas,
sabe a pólvora.
Quien fuera capitán de navío,
para navegar tus tormentas
y bordear el placer escondido
entre las islas de tu deseo.
Quien fuera brisa marina,
para capear tus tormentos
y saciar esa sed encubierta
bajo tus aullidos mudos.
Déjame quedarme a vivir en tus pupilas
y perderme en tu iris hasta encontrarme,
morir en cada una de tus miradas
y resucitar en tu sonrisa descarada.
Una botella abierta
tras otra
une tu boca
a la mía.
Una copa vacía
se lleva
mis besos
y los tuyos.
Amor con dos hielos
del que se repite,
entre trago y trago,
en cualquier ocasión.
Amor en deshielo
del que se derrite,
sin amagos,
por la pasión.
Cada cual tiene su superpoder.
Está el de coger corazones rotos
y ponerlos en orden,
con capa de esparadrapo.
El de curar heridas,
encontrar causas tardías
y robarle besos al aire
de los que no buscan a nadie.
Me equivoqué con el azar
y me rompí el corazón por despiste,
donde brotan cicatrices invisibles
y las tiritas van de incógnito.
A veces,
para enamorarse
hasta el fondo,
sólo hace falta
estar en el lugar
y en el momento
equivocados.
Ese efecto óptico
que crece,
dándote alas.
Magia a corto plazo,
que se desvanece
cuando te vas.
Que las expectativas
queden expectantes
en su espectro
y disfruten del espectáculo.
Quiero enfrentarme a ti como a un espejo
y saborear cada pétalo de tu piel sedosa.
Quiero alcanzar la cima en tu reflejo
y erupcionar el volcán que te mantiene presa.
Navegar en barcos de papel,
sobre océanos de deseos,
con ganas de lamer tu piel
y recorrer cada centímetro con mis dedos.
Quien fuera esa gota
que recorre todo tu cuerpo,
resbalándose por tu pelo,
ganando tu piel,
provocando mi celo
y muriendo a tus pies.
Brindo
por las ocasiones perdidas;
por todas esas veces
en que nos hicimos los tontos
a la vez.