Dicen que la Princesa realmente nunca tuvo un castillo, ni estuvo encerrada en lo alto de una torre, ni tampoco fué capturada por una bruja, ni siquiera apareció un príncipe de sangre azul de por medio, ni su padre realmente era rey... pero lo que sí tenía, vaya que si lo tenía, era una gran Sonrisa risueña, la cual no dejaba indiferente a nadie y se contagiaba con gran facilidad, unos Ojos capaces de volver loco al mismísimo Diablo y una Belleza que no escapaba de la mirada de ningún ser humano... y que a nadie le quepa la menor duda de que ella era una Princesa.
El SaBoR del VeRsO
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Cuando un verso sabe, es acariciarle. Cuando un verso sabe, es suave.
Cuando un verso sabe, es perderle para encontrarle. La magia del sabor del
VeRsO….
Hace 1 año
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