Esos besos que se dan con la mirada.
Esas caricias que se dan con la sonrisa.
Esas charlas que te atrapan, sin prisa.
Esas intenciones que se fingen olvidadas.
El gusto de compartir unas caladas.
El plan que no lo era y se improvisa.
Las ganas que se mantienen imprecisas.
Los idiotas que se huyen por bobadas.
Y aquí sigo
con mi armadura de cartón,
bajo un manto de nubes amenazadoras,
bailando la danza de la lluvia.
El SaBoR del VeRsO
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Cuando un verso sabe, es acariciarle. Cuando un verso sabe, es suave.
Cuando un verso sabe, es perderle para encontrarle. La magia del sabor del
VeRsO….
Hace 1 año
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