martes, 14 de diciembre de 2010

...Enjaulando a los pájaros de mi cabeza...



[...]
-Sólo te lo digo porque me importas y no me gusta verte sufrir, pero te equivocas demasiado.
-Me gusta equivocarme.
-¿Por qué?
-Me hace sentir vivo.
-¿Vivo?
-Sí, nunca lo entenderías. El sufrimiento, el dolor, la alegría... todos los sentimientos provocan emociones, igual que nuestros actos, lo cual me hace sentir vivo. Es como apostar.
-¿Qué tiene que ver ahora apostar?
-El juego de la incertidumbre, el azar, es algo que acelera tus sentidos. La emoción de las emociones. Apostar al caballo perdedor, que hasta el último momento crees que podría ganar, dar un esprint hasta la meta y pasar el primero, aunque esté tendido en el suelo tras una caída. Supongo que será porque la esperanza es lo último que se pierde.
-No entiendo a que viene eso ahora.
-A que mi manía por apostar fue lo que me hizo perderte.

No hay comentarios: