jueves, 10 de noviembre de 2011

...Es hora de pagar a la muerte...



En 2036 ya nadie fuma. Aunque él fuma. Bueno, fumaba. Una colilla en el suelo así lo demuestra, junto a su inerte cuerpo, frío, muerto, camino de una vida mejor... O peor... O hacia una gran nada. ¿Quién lo sabe? Sólo los que están allí lo saben, o los que no están, esos que nunca han estado, aquellos que nunca estarán. ¿Estar dónde? ¿Estar quiénes? No hay nadie en ningún lugar. Sólo un cuerpo sin vida, en el suelo... Su cuerpo. Junto a un cigarrillo mal apagado, que se consume lentamente, y los restos de un infarto que se va, de alguien que ya se ha ido. En un mundo donde ya nadie fuma, desde hace unos instantes, en 2036.

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