martes, 19 de noviembre de 2013

...Borrachos de olvido...



El hambre de silencio 
envenena a la Luna llena
y la embriaga,
hasta el punto de volverla invisible.

Las palabras ciegas, 
dichas con las manos,
rebotan en su piel,
incapaces de sacarla de su letargo.

Duerme, Luna, duerme;
ya habrá tiempo para despertar.

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