lunes, 18 de julio de 2022

...Cordura bajo cuerda floja...

 

Las princesas no saben mentir.

No, no saben.

Por eso ya nadie quiere ser princesa.

Ni las princesas quieren ser princesas.


Ya nadie se pregunta

ni por quien suspiran, ni a quien besan.

Ya nadie las secuestra en torres,

ni los dragones las retienen presas.


¿Y los príncipes qué?

No son capaces de aguantar una mentira.

No saben disimular, ni mirar para otro lado,

y encima se creen un puto salvavidas.


Sólo el verdadero sapo se mantiene fiel;

el que no cambia ni con besos 

y se regodea en su charca,

burlón de patéticos estereotipos.


Por él, como si quemáis el castillo

y metéis las cenizas en un tarro de cristal,

pero dejad en paz el estanque,

que no molesta a nadie tal y como está.


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