domingo, 29 de noviembre de 2020

...Respiroflexia...

  

Haciendo barquitos de papel

con las ganas de sentir tu respiración sobre mi piel.

Las locuras de un demente,

que rechina entre dientes,

al olvidarse del brillo de tu mirada de miel.

 

Errores por no ir nunca de frente

-a posta o de manera inconsciente

a las ganas de ti siempre me mantuve fiel-.

Y, aunque el destino sea cruel,

me la suda lo que piense la gente.

 

Mi colección de momentos robados;

un cúmulo de deseos inacabados.

Noches enteras mirando al techo,

que podían haber sido sobre tu pecho,

soñando despiertos y extasiados.

 

Nunca recelo, pero si sospecho,

por culpa de este corazón maltrecho,

(amante clandestino, admirador ahogado)

que guarda con recelo todos sus pecados,

con intención de traicionarme, al acecho.

 

¿Qué le hacemos, si el deseo que me ciega,

 que de mi orgullo hasta reniega,

me atormenta, me seduce y me oculta la verdad?

Aunque no creo que sea con maldad,

siempre me embriaga cuando llega.

 

He probado a escapar por toda la ciudad,

pero ya no tengo edad

para contener siempre la entrega.

Y, aunque mi mente la sosiega,

temo por mi posible tempestad.

 

¿Y tú, te dejas engañar por las palabras

o por los hechos?


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