domingo, 13 de diciembre de 2020

...Beatus ille...

 

Mi conciencia nunca me ha pedido perdón,

(supongo que no se arrepiente de nada)

y me debe más de una explicación,

por tener mi mente atragantada. 

 

No puedes eternamente perder la razón, 

ni vivir obsesionado por una mirada.

Quizá lo que buscaba era confesión,

antes de reconocer la broma pesada. 

 

Si no es eso sólo hay otra explicación:

tengo una deuda no cobrada,

por mantener viva una adicción,

a sabiendas de ser una vela apagada.


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